jueves, 31 de diciembre de 2009

Nada se genera de la nada


La labor del humano es cooperar; mi labor es destruir la suya; y la tuya, destruirme a mí.

Es curioso pensar que alguien pueda leer esto. Tanta ira, inseguridad y temor escritos en tan pocas letras; vistos por tantos ojos (al menos dos) y leídos por nadie… es la prueba de la ilegalidad de mis actos.

Soy un hombre de ley; mi vida no sería nada sin tantas leyes. Probablemente ni siquiera existiría. Vivo para romper parámetros y planeo morir —pronto— con la pluma en la mano y la rabia en la tinta. No soy un rebelde; no quiero que se tenga una mala imagen de mí —soy un buen hombre (me repito siempre)—, solo que mis parámetros de bondad rompen los lindes de la corrupción y del “humano evolucionado”. Y, claro, por eso se me puede hacer pasar por un rebelde.

[NO SOY:]
Dios, tú, yo, igual ni diferente; soy una voz, la voz, tu voz y la palabra de algún Dios.

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Nota 09/06/2025: Este texto lo escribí mientras realizaba un curso preuniversitario en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Me inspiró un sticker que me regaló un conocido de la universidad. El sticker era blanco y tenía, en letra Arial, la frase: “Nada se genera de la nada.”.

 

El sticker que inspiro este texto, pegado en la portada de mi block de dibujo.

Publicación original: https://philosophiasanctusa.blogspot.com/2010/01/presentacion.html

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Comenzó en unas cabinas de internet. Blancas, grandes, cerradas, con ventanas pequeñas en cada pared. Sentí vergüenza por haberme masturbado...