Todo el mundo siempre me pregunta cómo vivir eternamente, y,
con franqueza, siempre muevo la cabeza en negación.
Yo tengo un secreto de la vida, que no es secreto pues es impuesto;
un secreto, si es impuesto, deja de ser secreto… tal cual una revolución.
Mi secreto público no da vida eterna, pero entrega eternidad en vida.
Melodías, naturaleza, un tranquilo caminar y cien suspiros de libertad
es lo más cercano que alcanza mi ciencia
a la tramposa eternidad.

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