sábado, 30 de enero de 2010

Un trazo en mi hipotálamo

No solo son colores en la oscuridad; es también mi receptor de aromas, la ventilación de mi sentir.

Imagen con escasas sonrisas físicas; una entrañable expresión única; y el reflejo de mis sentimientos en infantiles trazos, son —[NO SOLAMENTE]— el final de un momento de frenesí que, con caballerosidad, me permite sentir la constancia de sus promesas… haciendo mi última línea eterna.

Arriba, la acompañan dos pequeños ojos; un escalón más abajo se encuentra el identificador de mi amor, el mismo que cubre con las sombras del sol a su mensajera de sabiduría. Ella no solo me educa, sino que me seduce para que su imagen no tenga final en este papel… mi papel.

No pretendo que entiendan a mi catalizador de sentimientos, solo quiero dejar para el recuerdo que sí existió.

jueves, 21 de enero de 2010

¡Al agua del manicomio!

Recuerdo todavía cuando mi madre me advertía que, si no controlaba mi locura, me convertiría en pez.

Miedo Craneal

Los huesos no son solo terroríficos;
siempre, sin piedad, rechazamos las vigas de nuestro propio ser:
comida, imágenes, periódicos y mentiras.
En todo rechazamos la naturaleza del ayer.


Nuestro miedo asusta.
Veo en mis memorias de víctima que
el temor siempre es doble. [MÍNIMO]
Miedo, miedo, miedo…


El ser humano vive por y para temer,
y nunca nos damos cuenta de cuánto
temor tememos temer, sin visualizar que,
temiendo el temer, creamos temor en los que tememos.


Tengo miedo de sus ojos,
pues no quiero que el temor que crean mis letras
asuste más a esta pobre calavera.

miércoles, 20 de enero de 2010

La Ley Divina [Primera Parte]

Después de la muerte viene nada. Esta sería la conclusión más sencilla a la que podríamos llegar tras una meditación sobre el tema, sin tomar en cuenta mitos y leyendas ya escritos y descartados, como los proclamados por religiones y culturas.

Una noche de locura, meditación y el recomendado sufrimiento budista, llegó a mí una energía indescriptible —realmente—, con el fin de compartir un poco de su sabiduría en nuestro mundo. Vivimos en un planeta lleno de enigmas, enfermedades y problemas —lo sabemos—, y constantemente intentamos repararlo externamente: con tecnología, héroes de guerra (asesinos), bombas y otro montón de escoria que realmente no tengo tiempo ni espacio para enumerar.

He aquí el problema: nuestra superficialidad en todos los aspectos de la vida.
¿Por qué muere la gente? —Ciencia—.
¿Enfermedades? —Ciencia—.
¿Reencarnación? —Ciencia y religión—.

Así podría seguir por años. Si aún no me creen, pregúntense cuánto de su conocimiento lo han adquirido simplemente de la ancestridad de su espíritu. Este es el mensaje de salvación que llegó a la Tierra y que ahora debemos cosechar para obtener buenos frutos.

Después de una posmeditación reflexiva, esto es lo que vengo a sembrar:

Dentro de nuestra mortalidad se encuentra omnipresente la muerte; todos morimos. Lo que no tomamos en cuenta es que la mortalidad es física en todos los casos, y en el espíritu solo aleatoriamente. Hay cuerpos que mueren llevándose todo con ellos: sabiduría, habilidades, experiencias. Pero también hay almas que, al perder su cuerpo, simplemente se mudan al siguiente y así continúan la siguiente etapa de la gran aventura hacia el confuso haz que se marca al final de la trayectoria. En pocas palabras: reencarnación.

Esta diferencia entre almas es lo que en realidad llamaríamos jerarquía espiritual. No quiero decir que nuestra “bondad” y buena fe sean el factor que define nuestro destino después de la muerte, como iglesias y otras instituciones quieren hacernos creer; la división entre dioses y no dioses fue realizada mucho antes de que el primer ser humano abriera los ojos. Donde hay superhéroes hay supervillanos; donde hay dioses, hay demonios.

Así como nuestras habilidades físicas nos dan la decisión de caminar hacia adelante (+) o hacia atrás (−), nuestras habilidades espirituales nos permiten subir (+) o bajar (−), dejando en claro que la espiritualidad no es solo elevación (pensamiento popular equivocado).

La mejor forma de representar los distintos balances que podemos alcanzar en nuestras vidas es a través de un plano cartesiano. En cada etapa de casi cien años que vivimos todas las almas —algunas muchas veces, otras solo una— tenemos el poder de elegir y formar un camino tanto positivo como negativo en diferentes aspectos.

Sin importar la conciencia que tengamos de nuestros actos, tanto aquí en el suelo como allá en la realidad, estos pueden constituirse de bases negativas o positivas, y esto no altera la calidad esencial de nuestra existencia. La autenticidad y calidad de nuestra alma se mantienen, pues los dioses no controlan dioses y los demonios se gobiernan mediante guerras.

En el ámbito científico, se habla últimamente de algo llamado memoria genética: recuerdos y herencias que recibe un ser vivo gracias a similitudes o copias del código genético de ADN de sus antepasados. Esto es solo otra muestra de cómo buscamos resguardar y entender la sabiduría con la ciencia y desde la ciencia.

Pero si dejamos un momento atrás la superficialidad y artificialidad de nuestros pensamientos, y abrimos la mente a una luz abstracta pero real, podremos entender que la memoria genética es simplemente lo que en el mundo espiritual llamaríamos sabiduría real.

En nuestra vida como energía, el conocimiento y la madurez mental se transmiten a través de los cuerpos (solo las almas-dioses), de forma mucho más tácita que la sabiduría del cuerpo. La sabiduría real es la evolución espiritual que logramos las almas-dioses en nuestros milenios dentro del sistema energético-físico. Es decir, el desarrollo divino que alcanzamos en cualquiera de nuestras “vidas mortales” lo llevamos de cuerpo en cuerpo.

Por otro lado, la sabiduría del cuerpo es todo aquello que aprendes —cierto o no— y que recuerdas solo durante el corto periodo de una vida. Para un alma no-dios, esta sabiduría corporal es su memoria absoluta; para un alma-dios, es solo una parte del proceso de evolución.

domingo, 17 de enero de 2010

Una noche normal

En una noche llena de miedo y nostalgia, las únicas entidades que recorrían las extensas praderas de cemento eran criminales y demonios inexistentes, encarnados en sombras tangibles. Era una noche normal, donde la monoiluminación provenía de un gran portal suspendido en medio del negro techo que fomentaba mi claustrofobia. Esa única luz era la puerta al infierno, la cual solo se abre cuando el haz divino se esconde tras montañosos paisajes y la seguridad del mundo muerto toma un recreo para charlar trivialidades. En esa noche estaba yo.

Una noche de sentimientos inciertos, que embriagaba mi mente de tal forma que la realidad osó burlarse de mí.

Lluvia de ideas, meditaciones jerárquicas y la novela de un dios en la tierra bombardearon mi mente, transformando mi amor en letras; mis sentidos, en palabras; mis temores, en páginas; y mi noche, en un confuso libro incierto.

Vi la fama, vi el dinero y acaricié el placer…
Todo lo rechacé, porque mis alucinantes noches no las entrego por nada.

jueves, 14 de enero de 2010

El acto de enamorarse

Hay un momento en la mortalidad 

en el cual no simplemente se quiere, 

se desea el amor; 

y esa sensación abre mil avernos 

en mi mente, 

opacando el corazón.

martes, 12 de enero de 2010

Grito

Los muertos están gritando, mientras que los vivos nos mantenemos en silencio.

lunes, 11 de enero de 2010

Un negocio por la paz

Imagínate sentado entre almas, sombras y corazones, donde lo único que repele las vagas energías es esa esperanza de realizar la fusión otra vez. —Acá estoy yo—.

Escucho hablar de países desarrollados y de otros no tanto, pero en realidad lo único que quiero es encontrar la paz, sin importarme las capitales ni mis capitales. Sé que vivimos entre caníbales burócratas, pero ¿qué esperamos hacer? Están a mi lado, han estado ahí desde nuestro nacimiento y estarán ahí siempre, porque hierba mala nunca muere: solo alimenta el fertilizante.

Entre nuestras quejas olvidamos que el hambre humana es un factor que nos seguirá condenando hasta un día después del apocalipsis. ¿Y? Olvidemos ya tanto odio y nuestras temerosas repercusiones, que no nos dejan ver el color de las letras, y…

—¿Quieres bailar conmigo?— Ves, todo mejora.

En este momento siento el frenesí de la hipocresía reconquistando algunas tierras de mis sesos. Me encuentro escuchando música anarquista, llena de ultraviolencia y decadente depresión, pero… ¿saben cuál es la diferencia entre tú y yo? Sencillo: he aprendido a escuchar la perversión humana sin permitir que eso altere la coreografía de mis neuronas, como me dijo alguna vez un buen amigo filósofo [3D].

Mis padres siempre me dijeron en mi infancia que la violencia crea más violencia. Independientemente de su confiabilidad, yo lo he asumido como cierto y, por ende, me hago un poco de publicidad:

"Recibiré toda su violencia, la comeré y luego la descargaré en mi espalda para devolvérsela en forma de hermandad."

Nota: Si no se encuentra conforme por manchas de sangre o dignidad, no nos hacemos responsables.

Para más información, llame a su conciencia y pídale perdón.

viernes, 8 de enero de 2010

Contaminación


Parece una broma, o un pensamiento irracional e innecesario.
En realidad, 
es la representación de los sentimientos que provoca tu basura; 
tan solo una imagen de aquello que 
tu conciencia evita proyectar.

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Nota 09/07/2025: Este texto nació de mi frustración al ver cómo el mundo podría estar mejor, pero, por pequeñas acciones diarias, sigue empeorando.

Este es el dibujo que acompañaba este pequeño texto.

miércoles, 6 de enero de 2010

Lima

En este momento me siento en una selva; no cualquier selva, sino una selva de apariencia pasiva, pero con las esquinas más oscuras y macabras que incluso al sol le da miedo visitar.

Aquí, cada caminata es una guerra; el transporte público, un suicidio —uno nunca sabe cuándo te van a cortar la liana—; y el privado, inaccesible.

Luego de esta breve introducción a lo que ahora me veo obligado a llamar hogar… descifra mi existencia.

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Nota 09/07/2025: Este texto nació de mis largos trayectos por la ciudad de Lima. Me inspiró el hecho de que nunca llovía, de que casi todo el año (excepto en verano) el cielo era de “panza de burro”, es decir, gris y cubierto. El tráfico era un caos, saturado por la sobrepoblación de “combis” y “cobradores”. Todo aquello me provocaba una relación de amor y odio. Ir de A a B en medio del caos fue lo que engendró estas letras violentas.











Este es el dibujo que acompañó este texto. El personaje está inspirado en los integrantes de Extremoduro, una de mis bandas preferidas en la adolescencia.

Publicación original: https://philosophiasanctusa.blogspot.com/2010/01/lima.html

lunes, 4 de enero de 2010

Viento

Soy el simple y desesperado intento por eliminar un error. 

—No, perdón—, 

no fui concebido por un error; soy la evolución de una acción.

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Nota 09/06/2025: Este pequeño poema nació del intento de tapar uno de mis dibujos rápidos en mi cuaderno, un dibujo que no me gustó, con otro dibujo.


Este es el dibujo que esta intentando tapar el anterior.

domingo, 3 de enero de 2010

Nada

Todas las respuestas que buscas sobre mí, en una imagen y cuatro letras.

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Nota 09/06/2025: Estas pequeñas frases las escribía inspirado en los dibujos rápidos que hacía en mi cuaderno durante las clases del preuniversitario en la Pontificia Universidad Católica del Perú.











El dibujo que inspiro esta frase.

viernes, 1 de enero de 2010

Felicidad

La felicidad no se refleja en tus verdades, sino en tus colores.

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Nota 09/06/2025: Estas pequeñas frases las escribía inspirado en los dibujos rápidos que hacía en mi cuaderno durante las clases del preuniversitario en la Pontificia Universidad Católica del Perú.

El dibujo que inspiro esta frase.



Sueño de medio día del 7 de septiembre del 2025

Comenzó en unas cabinas de internet. Blancas, grandes, cerradas, con ventanas pequeñas en cada pared. Sentí vergüenza por haberme masturbado...